Mindfulness, envejecimiento saludable y demencia
Una invitación para promover el bienestar

El Mindfulness (o atención plena), es una modalidad de intervención no farmacológica (que no utiliza medicamentos) introducida por primera vez en la década de 1980 por Jon Kabat-Zinn para evaluar su utilidad en pacientes que sufrían de dolor crónico. Los estudios iniciales realizados por este investigador demostraron mejoras sustanciales en el control del dolor y también del bienestar psicológico en los pacientes que participaron en el programa (Kabat-Zinn, 1982).

El programa de atención plena de Jon Kabat-Zinn, denominado “reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR por sus siglas en inglés: Mindfulness-Based Stress Reduction), se ha replicado desde entonces en muchos otros entornos y en los años siguientes surgieron varios tipos de intervenciones basadas en la atención plena, como la terapia cognitivo-conductual basada en la atención plena.

Desde la introducción del Mindfulness como modalidad de tratamiento, muchos estudios han documentado sus efectos beneficiosos, entre los que se encuentran una mejoría en el bienestar psicológico general, así como su capacidad para reducir la ansiedad, la depresión y el estrés, tanto en poblaciones sanas como en pacientes con disímiles enfermedades.

Pero ¿qué es la atención plena?

En términos sencillos, y de acuerdo el propio Kabat-Zinn, la atención plena se puede definir como un enfoque que nos permite tomar conciencia de lo que ocurren en el momento presente, dirigiendo nuestra atención al aquí y ahora, sin juzgar.

¿Sin juzgar? Por lo general esta es la parte de la definición que más dudas genera. En este contexto “sin juzgar” implica una asimilación de las sensaciones que rodean nuestra existencia presente sin buscar causas o explicaciones de por qué nos sentimos de un modo u otro, o el porqué de las cosas que experimentamos (Kabat-Zinn, 1982).

Por lo general, los programas tradicionales de MBSR tienen una duración de 8 semanas y requieren práctica diaria (aproximadamente 45 minutos), junto con sesiones grupales semanales. Estos programas requieren un compromiso de alto nivel tanto del participante como del facilitador lo cual constituye una barrera potencial para muchos que pueden beneficiarse de un enfoque tradicional basado en el Mindfulness.


Por esta razón, en la actualidad existen además modalidades de corta duración o “breves” que incluyen sesiones de práctica diaria inferior a los 30 minutos y no duran más de cuatro semanas.

En nuestro artículo de hoy estaremos repasando la evidencia disponible sobre la efectividad del Mindfulness en pacientes con enfermedad de Alzheimer y Deterioro Cognitivo Leve y además exploraremos cómo los cuidadores de estos pacientes pueden beneficiarse también de la práctica de la atención plena.

Mindfulness y salud

A lo largo de los años, las terapias basadas en la atención plena se han aplicado con éxito a una variedad de poblaciones clínicas que incluyen pacientes que se recuperan de cáncer, pacientes con dolor lumbar y pacientes con trastornos de ansiedad generalizada (TAG) (Howarth et al., 2019).

Las intervenciones basadas el Mindfulness también han demostrado efectividad en pacientes infectados con VIH o que han desarrollado SIDA. ¿Cómo? El estrés juega un importante papel en la aceleración de la infección por VIH y el desarrollo del SIDA, pues ataca a los linfocitos CD4+, con lo cual disminuye la respuesta inmunológica en estos pacientes, haciéndose más vulnerable a las infecciones oportunistas.

De este modo, las intervenciones de atención plena ayudan a disminuir la respuesta al estrés, con lo cual se “amortigua” la disminución de linfocitos CD4+, o incluso pueden llegar a aumentar, estimulando el sistema inmune. La mejor parte es que se ha comprobado que los beneficios alcanzados por la práctica de Mindfulness permanecen hasta 9 meses después de haber terminado el entrenamiento (Gonzalez-Garcia et al., 2014).

De acuerdo con especialistas en el tema, las intervenciones basadas en atención plena reducen el estrés porque aumentan la actividad y la conectividad funcional de las regiones cerebrales prefrontales que son importantes en la autorregulación, mientras que disminuyen la actividad y la conectividad funcional en las regiones neuronales que son importantes para dar inicio a las respuestas de “lucha y huida” que caracterizan al estrés (por ejemplo la amígdala cerebral).

En otras palabras: practicar Mindfulness incrementa nuestro control sobre las situaciones que nos provocan estrés y reducen nuestra respuesta de alarma (Creswell, 2017).

Mindfulness y envejecimiento saludable

Investigaciones recientes han comprobado un efecto beneficioso de la práctica de Mindfulness en los adultos mayores, promoviendo un envejecimiento saludable. Los beneficios han sido observados tanto en los procesos cognitivos y emocionales. Por ejemplo, existe evidencia preliminar de que la meditación tipo Mindfulness puede mejorar la atención, la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento y la cognición general (Gard et al., 2014).

Además, los estudios muestran que la meditación influye en la estructura y función del cerebro, particularmente en áreas involucradas en el control de la atención, la autoconciencia y la regulación de las emociones.

Al respecto, se han propuesto varios mecanismos mediante los cuales la atención plena puede promover un envejecimiento saludable. Estos incluyen un mayor control de la atención, preservación del funcionamiento neuronal, mejora del bienestar psicológico y reducción de la inflamación sistémica.


Por otra parte, la reducción del estrés puede resultar en un aumento de la actividad de la telomerasa, disminución de la presión arterial y también de la frecuencia cardíaca. Además, una revisión reciente sugiere que la práctica de Mindfulness puede aumentar la capacidad de reserva cognitiva en los adultos mayores y puede mitigar el deterioro cognitivo relacionado con la edad (Malinowski & Shalamanova, 2017)

Estos mecanismos se han propuesto como una vía general para posiblemente reducir el riesgo de desarrollar demencia y ralentizar el proceso de neurodegeneración (Berk et al., 2018).

Efectividad del Mindfulness en personas con demencia y deterioro cognitivo

Existen evidencias de que la práctica de la atención plena puede resultar beneficiosa para los pacientes con Deterioro Cognitivo Leve (DCL).

Por ejemplo, un estudio realizado con 14 pacientes con DCL donde se empleó como forma de intervención la atención plena, encontró en los pacientes una tendencia hacia la mejora de la cognición, la calidad de vida y el bienestar de los pacientes. Otra investigación realizada con 22 personas con DCL comprobó que los participantes que practicaron Mindfulness mostraron menos deterioro de la memoria y una mayor disminución de los síntomas depresivos en comparación con el grupo de control (Berk et al., 2018).

Estos resultados, aunque preliminares, son alentadores si consideramos que las personas con DCL tienen una tasa de conversión hacia la demencia de entre el 5 y 17%.

En el caso específico de los pacientes con demencia los resultados hasta la fecha son contradictorios. Por una parte, existen estudios que reportan un efecto beneficioso de la práctica del Mindfulness en pacientes con demencia y también en sus cuidadores. Una investigación realizada con 17 pacientes con diagnóstico de demencia y con 20 cuidadores reportó al final de la intervención con Mindfulness una mejoría global de la calidad de vida y una reducción de los síntomas depresivos en ambos grupos, aunque no se observó una mejoría en los procesos cognitivos (Berk et al., 2018).

Sin embargo, no todas las investigaciones han reportado resultados favorables. Una reciente revisión exploró los resultados reportados por 8 estudios donde se comparaban dos grupos (un grupo de pacientes con demencia practicaba Mindfulness y el otro no). Las conclusiones indicaron la ausencia de beneficios cognitivos en los dos grupos, independientemente de si practicaban atención plena o no (Nagaoka et al., 2021).

¿Significa esto que el Mindfulness no es beneficioso?

En lo absoluto. Los propios autores de este último estudio apuntaron que la evidencia disponible era “muy reducida”, los resultados reportados eran “imprecisos”, y los tamaños de muestra empleado en los estudios eran “pequeños”. En resumen: necesitamos más evidencia y de mejor calidad.

En este sentido, no debe desalentarnos la existencia de evidencias que no cumplan con nuestras expectativas, al fin y al cabo el objetivo de la ciencia no es obtener resultados que confirmen nuestra visión del mundo. Más bien, debe quedarnos la idea de que el Mindfulness, como cualquier otro tratamiento no farmacológico (y basado en la evidencia) no tiene por qué funcionar para todo, para todos, ni en todas las circunstancias.

Seguramente en un futuro no muy lejano debamos reescribir este artículo, o al menos, actualizarlo.

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RANY Insights

 

Estimula...

La meditación tipo Mindfulness puede mejorar la atención, la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento y la cognición general

 

Modifica...

La meditación influye en la estructura y función del cerebro, particularmente en áreas involucradas en el control de la atención, la autoconciencia y la regulación de las emociones.


¿Cómo puedo acercarme al Mindfulness?

Existen actualmente muchas alternativas para acercarse a la práctica del Mindfulness, ya sea en su modalidad estándar o breve. Basta con teclear en Google la palabra “Mindfulness” o la frase “atención plena” y obtendrás un número impresionante de resultados.

¿Pero cómo escoger entre tanta variedad?

En mi caso particular ha resultado enriquecedor participar en el curso diseñado y ofrecido por Dave Potter a través del sitio en internet Palouse Mindfulness .  Dave Potter es instructor certificado en el curso de reducción de estrés basado en Mindfulness (MBSR), ofrecido por la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, donde Jon Kabat-Zinn fundó el Centro de Mindfulness.

 
 

Este curso es 100% gratuito y podrás realizarlo de acuerdo a tus posibilidades personales. Los contenidos están estructurados en 8 semanas y se ofrece en tres idiomas (inglés, español y ruso). Por cada semana tendrás acceso a varios materiales que te acercarán, un paso a la vez, a la práctica del Mindfulness.

Adicionalmente podrás formar parte de la comunidad online de practicantes, donde conocerás a otras personas que como tú han iniciado la práctica del Mindfulness (o ya son expertos).

Al concluir las 8 semanas podrás recibir un certificado, también gratuito, que avalará tu recorrido de dos meses y constituirá un reconocimiento a tu persistencia y disciplina.

Esperamos que el tema de hoy resultara de tu interés y que las recomendaciones sugeridas te ayuden a mejorar tu calidad del sueño.

Si te pareció interesante este contenido, o deseas que abordemos otros temas en nuestro blog, déjanos tus opiniones en la sección de comentarios.

¡Hasta el próximo lunes!
Mindfulness, envejecimiento saludable y demencia
Yunier Broche-Pérez PhD 6 September, 2021

Profesor de Neurociencias, Neuropsicología y Psicología Experimental. Mi investigación actual se centra en la neuropsicología positiva, la salud cognitiva y las enfermedades neurodegenerativas..
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